El dia que odie el futbol

De niños mi padre nos llevó a un equipo de futbol a uno de mis hermanos y a mí, para iniciar en ese bello deporte del soccer y las patadas, recuerdo vagamente que fue un día por la mañana no recuerdo si fue sábado o domingo y como ya estaba por entrar a la primaria mi padre quería que empezara a practicar algún deporte, obligado por mi madre (mi padre era mayor que mi madre por un par de décadas, un día cercano platicare eso), desconozco si mi hermano practicaba algún deporte.


Yo andaba por ahí de los 5 años el por ahí de los 8 y esto si lo recuerdo bien, ya que tenía otro hermano mayor que yo por 13 años que el sí jugaba de delantero y portero a nivel llanero,  nunca estuvo en un equipo profesional (no que yo sepa) y cuando llegaba a la casa, me tocaba verlo como llegaba con su uniforme de portero, tacos o tachos de futbol, guantes de portero, y una gorra, esto si lo recuerdo bien porque cada vez que llegaba era verlo y entre esto y ver los partidos por tv y escucharlos por la radio la imaginación y los sueños de un niño son enormes, así que recuerdo bien ese día que llegamos al campo.


Se hicieron las presentaciones de mi padre con el entrenador y con nosotros, después nos cambiamos y el entrenador nos presentó a mi hermano y a mí con el equipo, nos incorporamos con los demás y por ser el yo el más chico en edad y en estatura de todos, me pusieron hasta el frente de la fila para empezar a trotar, dándole vueltas al campo, cuando empecé a trotar y nos empezamos a alejar del entrenador el niño que iba detrás de mí en la fila, me empezó a empujar de a poco hasta que se convirtieron en empujones aunado a :”muévete pinche gordo, bola de manteca y bla bla bla” si estaba gordo pero al niño le tenía que haber valido 3 hectáreas de verdolagas, si iba lento era mi primer día, yo era más chico que él, y así fue durante toda la vuelta hasta que nos acercamos al entrenador, recuerdo que yo llegue llorando con el entrenador, le dije lo que había pasado, y el entrenador le pregunto al niño porque me había empujado, este niño negó todo, recuerdo bien que él decía que él no había sido y bueno, ese día mande a la chingada un deporte que había amado a mi larga edad de 5 años. Así fue como odie el futbol durante muchos años hasta que con el paso del tiempo. Ya en edad adulta hice un análisis muy sencillo de que paso ese día y llegue a las siguientes conclusiones.


1.- Por alguna razón (por sueño e ilusión de niño) mi mente recordaba la presentación de mi hermano y mía con el equipo, cosa que haciendo y recordando durante algún tiempo, eso no paso, me presentaron a mí con los demás niños del equipo pero mi hermano ya llevaba tacos o tachos de futbol y guantes de portero, yo no recuerdo esto pero él ya tenía tiempo en este equipo.


2.- Hubiera sido fácil para el niño adelantarme por un lado y que todos los demás lo siguieran.


2.- El niño que me iba empujando en la fila, cuando el entrenador detuvo la fila para preguntarle el porque me iba aventado, él decía que él no era. Atrás de este niño iba. Así es.


Desde entonces empezaron las mentiras de mi consanguíneo.


Marco Carrillo.



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