¿Por qué nos gusta ver una y otra vez ciertas películas
o series de televisión o releer un libro? Las personas que ven la
reposición de un film o releen una novela obtienen de ello experiencias
más ricas y profundas. Es la conclusión de Cristel Russell, profesora de Marketing en la American University de Washington
(EEUU) y estudiosa del comportamiento humano, quien ha investigado lo
que está detrás de este hábito del reconsumo, que define como "consumo
activo, voluntario, deseado, de una misma experiencia en repetidas
ocasiones". El fenómeno, sostiene, ayuda a tomar mayor conciencia del
transcurrir del tiempo y de nuestro propio crecimiento, favorece la
introspección y la reflexión sobre nuestro pasado y presente.
"Hay películas que aunque sabés de antemano el remate del chiste te vuelvés a reír una y otra vez...."
"Si una película me gusta generalmente soy de comprarla, y me encanta
verla muchas veces"; "ni llevo la cuenta de la cantidad de veces que he
vuelto a ver cada película, pero son muchas"; "si me gusta mucho suelo
verla más de tres veces... en la segunda presto atención a los detalles
que me perdí y en la tercera la disfruto a full"; son algunas de las
muchas respuestas recibidas, signo de lo extendido del fenómeno. Algo que seguramente explica la fiebre por las remakes que aqueja últimamente.
Adriana Guraieb, psicóloga. "¿A qué se debe esta tendencia? Psicológicamente podemos pensar que, además del placer que puede otorgar volver a sentir algo que produce alegría, nostalgia
o algún sentimiento evocativo, también tiene un plus de ventaja y es
que la persona puede detenerse a pensar específicamente qué tiene que
ver con su vida ese párrafo o la imagen, qué de su vida emocional se
moviliza y por qué razones, o sea es un elemento de movilización interior
que facilita concentrarse en ese punto psíquico, ya sea por la atención
específica que tiene la persona en ese momento y también porque en
diferentes momentos de la vida se puede encontrar otros significados
antes no registrados y sorprenderse ante el propio sentir y pensar".
La doctora Mónica Cruppi, psicoanalista y escritora,
cree que esto es particularmente cierto en el cine, que "es más
vivencial que la literatura porque la imagen tiene una dimensión
afectiva muy importante". "El cine, como dijo Gilles Deleuze,
es pensamiento en imagen. Propone una travesía por la fábrica de
sueños, es fundamentalmente una experiencia emocional. ¿Por qué creemos
en los sueños inventados que se proyectan en una pantalla, por qué
sufrimos, por qué podemos gozar, desesperarnos, horrorizarnos, reírnos,
frente a estas historias que son pura imagen? Es porque tienen un efecto
de verosimilitud: la persona se identifica tanto con lo que ve porque
piensa que es real. El cine refleja la vida, es lo más parecido a la
vida que el hombre haya inventado", dijo Cruppi
Aprendizaje sobre uno mismo
Volver a ver una película, por lo tanto, no es una conducta ritual, adictiva o mecánica,
sino una búsqueda de niveles más profundos de significación en el
material revisitado; una experiencia que nos permite ver reflejado
nuestro propio crecimiento a través de las imágenes de una película o de
las páginas de un libro.
"Creo que de chico vi mil veces películas horribles. Ahora, si vuelvo a ver algo, es algo copado, que me produzca cosas
o requiera más visualizaciones para disfrutarla en todo su esplendor";
"siempre descubro algo que no vi antes"; "veo una película cada vez que
sienta la necesidad porque si me gusta es porque tiene alguna enseñanza de vida o me hace reír"; dijeron las personas.
Cruppi comenta: "El hecho de ver una y otra vez una película hace que
uno pueda elaborar un tema o darle una vuelta a un problema propio.
Pensamos que sólo somos espectadores en el cine pero en realidad por el
fenómeno de la identificación muchas veces lo que está reflejado en la
pantalla son vidas cercanas a la nuestra: la vida del otro puede ser la
vida de uno y uno no es un mero observador, porque a veces lo que ve lo
condiciona. El cine permite a una persona identificarse con lo que está
viendo y puede llevar a una resolución. Tiene un efecto de vicariato: se
aprende a través de la experiencia de otros".
Otro efecto terapéutico de este reconsumo que señala Cruppi es el de la
catarsis: "A veces ver una buena historia hace que una persona salga de
su realidad y se meta en otra, en ese sentido también tiene un efecto
terapéutico, la emoción que produce puede tener un efecto de catarsis,
de liberar emociones".
Pero advierte: "Ojo, también puede tener un efecto negativo, llevar a la melancolía".
Es casi de norma que los terapeutas apelan a este "volver a vivir o a experimentar" como mecanismo de análisis y de curación.
"A veces los pacientes traen un mismo libro
en diferentes momentos de su tratamiento porque se sienten
representados por el pensamiento del escritor y hasta pueden decir:
'parece que habla de mí'", cuenta Guraieb. "Es un
intento de buscarnos y encontrarnos, agrega, de saber cómo y quiénes
somos. A veces se retorna a ver o leer algo que fue tan importante y sin
embargo…en el presente, perdió el brillo y la intensidad que tuvo
anteriormente pues la persona cambió, en sus intereses y
preocupaciones. Entonces toma conciencia de lo que quedó en el pasado y
qué le ocupa en el presente".
Así que si le gusta ver series y películas antiguas o nuevas disfrútelo que adentrarse en una historia de 2 horas o capítulos de 30 minutos diarios no le perjudica en nada, sabemos que estamos buscando un rato de esparcimiento y divertimento, esta practica es de lo mas común y normal a nivel mundial, si usted quisiera por todos los diablos conseguirse un Delorean que lo lleve al pasado y al futuro, o inventarle historias alguna persona como las que se ven en las telenovelas, entonces si que existiría un problema a nivel mental, o el querer engañar a varios para hacerle pensar a otro lo que en su mente se le ocurre por que lo vio en una telenovela, ahí si que llamen al psiquiátrico.
Cuando se apaga la tv, se acaba la ficción
Y que aunque en muchas series o tramas le pongan al comienzo, "Basada en hechos reales" son mentira prueba de ellos es La Bruja de Blair y todo este tipo de documentales falsos que existen desde hace algunos años, y que en su momento se presentaron como Basadas en Hechos Reales.
Aunque existen fuentes que han difundido noticias que al final resultan falsas como le ha pasado a una televisora.
El Subsecretario de Marina confirma que nunca existió una niña con el nombre "Frida Sofía". pic.twitter.com/hvjUKWyWmh— Azteca Noticias (@AztecaNoticias) 21 de septiembre de 2017
En otra entrada hablare sobre estos temas.